USB Killer 2.0 es el nombre de un interesante lápiz de memoria que tiene la capacidad de destruir ordenadores. Sí, habéis oído bien, este pendrive ha sido concebido para acabar por completo con toda la información contenida en un PC.
La seguridad ante todo
La seguridad es esencial a día de hoy, y para ello encontramos distintos sistemas que permiten mantener una mayor privacidad en cuanto a información personal se refiere.
Sin embargo esto muchas veces no es suficiente, y en el caso de vernos ante un riesgo importante, la opción de utilizar dispositivos como es el caso de USB Killer 2.0 sin duda va a suponer un cambio esencial.
Su objetivo es muy sencillo, lo que hace es quemar el equipo por completo en apenas unos segundos, de forma que si otra persona quiere acceder a la información, transcurrido este tiempo no va a poder conseguir demasiado.
Cómo funciona el USB Killer 2.0
Pero estas alturas os estaréis planteando el funcionamiento del dispositivo, y para que os hagáis una idea se basa en el mismo sistema utilizado en el modelo anterior, aunque en esta ocasión hemos pasado de 110 V a 220 V.
La razón de este cambio se debe a que con el modelo de 110 V era necesario más tiempo para conseguir destruir todo el hardware, y esto evidentemente, en situaciones de emergencia se traduce en mayor riesgo para que la persona no invitada pueda acceder a parte del contenido.
Sin embargo, con el nuevo modelo USB Killer 2.0 a 220 V el proceso se lleva a cabo mucho más rápidamente y sobre todo garantizando una mayor efectividad.
En cuanto al funcionamiento es muy sencillo, ya que lo único que tenemos que hacer es conectar el pendrive al USB de forma que en un instante se cargará y posteriormente soltará una descarga de gran intensidad que se encargará de destruir por completo el equipo.
Es importante también tener en cuenta que este dispositivo no va a funcionar exactamente igual en cualquier equipo en el que lo conectemos, aunque básicamente el resultado finalmente será el mismo, es decir, ya sea un PC, un ordenador portátil, una videoconsola o cualquier tipo de dispositivo que cuente con un puerto USB quedará completamente para el arrastre.
Un toque de atención para la seguridad
Sin duda se trata de un dispositivo muy interesante que puede ser de gran utilidad sobre todo en lugares donde se guarda información privada y contenido de riesgo. No obstante, a su vez también desata otra polémica, y es que este tipo de dispositivos podría llegar a ser utilizado por delincuentes haciendo desaparecer las pruebas de un delito o incluso chantajeando a otros usuarios en relación a la información contenida.
En este sentido cabe decir que es importante que nunca utilicemos pendrives de los que no conozcamos su procedencia; ya no sólo porque podría tratarse de una broma de mal gusto o de una mala treta por ejemplo para destruir la información almacenada de una empresa, sino que a su vez tampoco debemos olvidar que el malware se esconde donde menos lo esperamos, y precisamente los lápices USB es una de las formas más habituales de transmisión.